(6) El protoeuskera o Aitzineuskera (aitsínéuskará): el eminente investigador de la lengua vasca, Mitxelena, fue el gran precursor del desarrollo del protoeuskera, a él debemos el conocimiento de gran parte de él. Sitúa su reconstrucción del protoeuskera en el año cero, como mucho, en el año quinientos a.C., es decir, pocos siglos antes del euskera arcaico o aquitano testificado sobre piedra.

Las vocales del protoeuskera eran las cinco estándar, a e i o u (las mismas que en el actual). Los diptongos eran ai, ei, oi, ui, au, eu (los mismos que en el euskera actual). Las semivocales, que fonéticamente suelen representarse con j y w, no existirían. Las consonantes que formaban un cuerpo sistemático eran las siguientes:

 

Fuertes
(p) t k tz ts N L R
Débiles
b d g z s n l r

 

Además estaría la h, muy frecuente, aunque ha ido desapareciendo en los dialectos modernos. La p la ponemos entre paréntesis porque apenas existía. Como se ve, no hay m (salvo alguna derivada de una anterior b), ni f. Las consonantes que se pronuncian en lo alto del paladar (las que suelen escribirse tt, dd, tx, x, ñ, ll) y que en euskera actual se utilizan en las palabras expresivas (diminutivas o cariñosas), tal vez existieron también en protoeuskera.

Las dos filas de consonantes fuertes y débiles del cuadro se diferencian en que las de arriba se decían con más fuerza que las de abajo y duraban algo más. En cuanto a las tres columnas de la izquierda, las tres consonantes de abajo, bdg, se pronunciaban generalmente sin cerrar del todo los labios y haciendo vibrar las cuerdas vocales, a diferencia de las de arriba, ptk.

En los siglos primeros de nuestra era, con el cambio del protoeuskera al euskera, las consonantes fuertes N y L pasaron a confundirse con las débiles n y l; por otro lado, las consonantes ptk dejaron de diferenciarse de bdg en su mayor fuerza para hacerlo sólo en los otros factores apuntados. En protovasco sólo las consonantes débiles podían ir al inicio de la palabra y sólo las consonantes fuertes podían finalizarla. Así, la alternancia entre fuertes y débiles únicamente era posible en medio de la palabra.

Tampoco puede una palabra vasca arcaica empezar por d- (lo hacen sólo algunas formas verbales en presente, por influencia de un viejo adverbio) o por r. Y, si difícilmente encontraremos la m, sería imposible que estuviese en inicio de palabra, salvo en algún préstamo celta aislado. Ni tampoco hay palabras que empiecen por dos consonantes seguidas. Los inicios de palabra eran, o bien una vocal o bien, como vemos en el cuadro, las consonantes b, g, z, s, n y l, además de la h.

Los nombres y adjetivos eran sobre todo bisilábicos y los verbos eran monosilábicos. No existía el artículo (se cree que se introdujo en el euskera en la Edad Media por influencia de las lenguas románicas. El artículo vasco -a procede del demostrativo har- ).

Joseba Andoni Lakarra, desarrollador del euskera anterior al protoeuskera, lo que se suele denominar en filología vasca como preprotoeuskera, indica que en una época anterior al protoeuskera, el euskera da signos de haber sido una lengua sin o con pocas declinaciones y aislante (7), así como de que el verbo que actualmente va en la parte posterior de la frase, en este preprotoeuskera, fuese delante de la misma.

Civilización franco-cantábrica. Arte rupestre en la cueva de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria, España)(7) Lengua aislante: cada palabra tiene un único significado. Por ejemplo, el castellano no es una lengua aislante porque la palabra "vinieron" incluye tres significados: venir, pasado y ellos. En cambio en lengua vietnamita, que es aislante, cada uno de esos tres significados se expresa con una palabra distinta. El castellano es una lengua fusionante o flexiva porque los tres significados de "vinieron" están fusionados en una sola palabra difícil de segmentar. Estas lenguas pueden ser más sintéticas como el latín, en que domina la declinación, o más analíticas como las lenguas románicas, en que dominan las preposiciones.

 

 

 

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